Las protestas de los sindicatos contra el ERE que está negociando CaixaBank con sus empleados, y que afecta a 2.157 trabajadores, han entrado de lleno en la Junta Basic de Accionistas que el banco ha celebrado en València, y no solo porque se han manifestado a las puertas del Palacio de Congresos más de un centenar de delegados sindicales sino, porque sus portavoces han hecho uso de la palabra en la junta, en calidad de accionistas.
La responsable de Comunicación de CCOO en CaixaBank, Ruth Bolaños, que ha declarado a Economía three que esta situación responde a una “purga”, ha recordado al consejo de Administración que la entidad ganó 1.985 millones de euros en 2018, un resultado que “debería haber sido objeto de celebración y recompensa para toda la plantilla”, pero la respuesta de la dirección, en su opinión, “ha sido poner sobre la mesa 2.157 despidos”.
De igual modo, el presidente del Sindicato de Empleados de CaixaBank (SECB), Pedro Manuel Villafañe, ha considerado “inaceptable” que el banco planee acometer despidos cuando ha sido precisamente la plantilla la que ha hecho posible la consecución de unos beneficios sin precedentes en 2017 y 2018.
El secretario common adjunto de la Federació d’Estalvi de Catalunya (FEC), Francesc Sabater ha opinado que los actuales responsables de la entidad “han roto la paz y la confianza” en el banco, al tiempo que ha criticado los ‘bonus’ que cobrará la alta dirección.
El presidente de la entidad, Jordi Gual, ha defendido el ajuste alegando la necesidad de mantener la rentabilidad: “es preciso anticiparse”, ha recalcado.
En respuesta a estas reprobaciones, Gual ha explicado que el sector bancario se enfrenta a un escenario marcado por la transformación tecnológica, una “enorme presión competitiva”, tipos bajos y un cambio de hábitos de la clientela, lo que obliga a las entidades a “reaccionar ante los retos actuales y futuros”.
“Es obligación de este consejo velar para que la rentabilidad se mantenga en el futuro para asegurar la continuidad del banco, su adecuada capitalización, el empleo y la generación de renta y riqueza en años futuros. Es preciso anticiparse”, ha subrayado Gual.
Por su parte, el Gonzalo Gortázar que reconocido que ha sido la plantilla la que ha hecho posible los resultados alcanzados en los últimos años, pero ha incidido en que el objetivo de la entidad es alcanzar una rentabilidad superior al 12 % de aquí a 2021, lo que obliga a gestionar la empresa siendo “realistas” y pensando en el futuro.
“La situación en que se encuentra el sector es difícil y tenemos que transformar el negocio para adaptarlo a los nuevos tiempos”. En este sentido ha reiterado su compromiso de “llevar a buen puerto la negociación” con los sindicatos para alcanzar un acuerdo sobre el ERE.
Gual ha defendido asimismo la capacidad de Gortázar, y ha considerado que las criticas hacia su persona son “injustas e infundadas”, ya que en los últimos años el directivo ha mostrado su “entrega whole y dedicación” al banco y tiene, ha dicho, “el talento necesario” para afrontar esta nueva etapa, que exige “una enorme capacidad de diálogo, tal y como requiere la plantilla, la comunidad inversora, el consejo y el equipo directivo”.
“Ha demostrado con creces que es capaz de llevar a cabo este reto y cuenta con el apoyo de este consejo“, ha remarcado Gual.
Respecto a las críticas a la remuneración y el cobro de bonus por parte del consejero delegado y de la alta dirección, el presidente de CaixaBank ha asegurado que la retribución es “adecuada y moderada” y “absolutamente apropiada ante la magnitud de los retos que hay por delante” y teniendo en cuenta el tamaño.
Cristina Garmendia y Marcelino Armenter han sido nombrados nuevos miembros del Consejo. Gonzalo Cortázar continuará siendo consejero delegado de la entidad. El porcentaje de consejeras asciende al 37,5%.