Reformar el marco normativo del sistema financiero es el principal reto para que El Salvador establezca las bases de un centro financiero regional en los próximos tres años, reveló un estudio de la firma de asesores EY que solicitó la Asociación Bancaria Salvadoreña (Abansa).
El sistema bancario, que hasta ahora goza de solidez y estabilidad, apuesta por desarrollar en El Salvador un nuevo centro financiero regional, parecido al de Panamá o Colombia. Sin embargo “repetir lo que otros han hecho no necesariamente es la clave del éxito”, aseguró Bismark Rodríguez, investigador y experto de EY, para quien la apuesta debería centrarse en “un elemento diferenciador” en tecnologías y negocios disruptivos.
El estudio de EY evaluó el grado de desarrollo de las competencias de El Salvador, su capital humano, el ambiente de negocios y el marco jurídico. Si bien el sistema financiero salvadoreño es dinámico y saludable, la investigación identificó una serie de acciones potenciales que se deben ejecutar en el mediano plazo para concretar una plaza financiera internacional, las cuales deben enlazarse entre sector privado y público.
Para Rodríguez, todas las propuestas giran en torno al marco jurídico y recomendó crear una política pública, así como revisar los marcos legales existentes para introducir el concepto de “negocios digitales” que permita la asociación de emprendedores tecnológicos con instituciones financieras.
Propuso también flexibilizar los esquemas tributarios, establecer políticas p migración para importar talento y fomentar la transparencia entre privados y públicos. “Si no tienen un marco legal que apoye este tipo de estrategias, pues dejan de tener soporte, con lo cual es importante tener disagreements y acuerdos con las diferentes instituciones del Estado, el Gobierno, organismo internacional y el sector privado”, indicó.
Con estos elementos, agregó, establecer la estrategia del centro financiero podría darse “en el corto plazo de unos tres años” porque “va a requerir acuerdos”. “En una empresa el corto plazo es un año, pero en un tema tan grueso y prioritario como éste, por lo menos, tres años nos llevaría en discusiones y concretar acciones para empezar a desarrollarlos”, indicó.
Por su parte, Raúl Cardenal, presidente de Abansa, enfatizó que “sinceramente creemos que el sector privado debe unirse para el desarrollo del país” y, para ello, se debe impulsar la inversión a través de un entorno favorable para los negocios y un plan país que establezca las grandes apuestas estratégicas del Gobierno.
“Para apoyar la creación de un centro financiero, la actividad estratégica es apoyar la mejora en la calificación de riesgo país y el incremento de la inversión privada, tanto extranjera como neighborhood”, indicó. Además, consideró igual de relevante “promover el Estado de derecho para un buen funcionamiento de las instituciones”.
La experiencia de los centros de servicios compartidos ya existentes en la región ha demostrado que dos tercios de las instituciones financieras participantes de este esquema ahorran un 20 % de sus costos anuales y mejoran con hasta un 21 % su capacidad productiva, detalló Omaira Briceño, investigadora de EY.