La Unión Europea no considera un problema que la Cámara de los Comunes solo vote el viernes el acuerdo de retirada del “brexit” y no se pronuncie mañana sobre la declaración política para la futura relación entre Londres y Bruselas. Fuentes del Consejo recalcaron que aprobar el documento sobre los futuros vínculos entre el club comunitario y el Reino Unido “no ha sido una condición en absoluto” para la UE.
De hecho, en las conclusiones de la cumbre europea de la semana pasada en la que se retrasó el brexit se señalaba que se concedía una extensión hasta el 22 p mayo “siempre y cuando el acuerdo de retirada sea aprobado por la Cámara de los Comunes” esta semana, sin menciones a la declaración política. Junto al pacto de retirada, que establece el modo en que se producirá la salida del Reino Unido de la Unión Europea, Londres y Bruselas redactaron un documento que recoge las líneas generales sobre la futura relación entre las dos partes.
Ese texto es orientativo y no legalmente vinculante. En los últimos meses, con el brexit estancado por la negativa de la Cámara de los Comunes a ratificar el pacto de retirada, la Unión Europea se ha mostrado dispuesta a revisar la declaración política para plasmar en ella una relación más cercana con el Reino Unido. Sin embargo, el club comunitario ha descartado en numerosas ocasiones reabrir el acuerdo de retirada, que se votará por tercera vez el viernes en el Parlamento de Westminster tras ser rechazado dos veces en la misma cámara.
Votación por tercera vez
El presidente del Parlamento británico, John Bercow, dio hoy luz verde a que el gobierno someta mañana a votación por tercera vez el tratado de salida de la Unión Europea, acordado con Bruselas. La nueva moción que ha presentado el Ejecutivo ante la Cámara de los Comunes cubre sólo los términos del acuerdo de salida, y no la declaración política sobre la futura relación que lo acompaña, por lo que Bercow considera que la votación es distinta a las dos anteriores y permitirá que se lleve a cabo.
En enero y en marzo se sometió a votación el tratado y los documentos que lleva asociados, que fueron rechazados por una amplia mayoría en ambas ocasiones. Aprobar sólo el acuerdo, que detalla los términos del divorcio, evitaría previsiblemente que el Reino Unido se vea abocado a un n brexit no negociado el 12 de abril y retrasaría la fecha de salida hasta el 22 p mayo, tal como establecieron los líderes comunitarios en la última cumbre europea.
En ese plazo, el Parlamento británico debería todavía ratificar el paquete completo de documentos, que incluye la declaración política. La primera ministra, la conservadora Theresa May, no tiene todavía una mayoría garantizada para que se apruebe el acuerdo. En un último intento por sumar apoyos entre el ala euroescéptica p su formación, ofreció ayer dimitir antes de que comience la próxima fase de las negociaciones con Bruselas si el acuerdo es respaldado.
Un grupo de “tories” euroescépticos todavía no se ha mostrado a favor de aprobar el texto, y el norirlandés Partido Democrático Unionista, Dup, cuyos votos son clave para que May tenga una mayoría, recalcaron ayer que continúan oponiéndose. Si la primera ministra no more recaba esos apoyos en las próximas horas, debería contar con un número suficiente de diputados laboristas rebeldes que apoyen el acuerdo para lograr su aprobación.